Las calles son nuestras. Y nuestra vida y nuestras decisiones también. Sin embargo esta afirmación no es la que se enseña en las familias, centros educativos y medios de comunicación. La sociedad nos prefiere sumisas y pasivas ante las agresiones diarias que sufrimos por el mero hecho de ser mujeres y lo que no quieren es que os organicemos, nos preparemos y nos formemos para la autodefensa feminista.
En el Estado español, según cifra el Ministerio del Interior, se suceden tres violaciones diarias hacia mujeres (conteo de solo las agresiones denunciadas), que supondrían el 20% del total, ya que no se contabilizan todas aquellas agresiones que no son denunciadas por miedo, desconocimiento o coacción. En un Estado en el que la violencia de género se salda 76 muertes en el año 2014, el Ministerio del Interior nos ofrece una serie de normas a seguir para prevenir las agresiones y violaciones sexuales en el cual se nos aconseja no tener ciertos comportamientos que podrían incitar a los agresores. En este decálogo se plantea que todas las agresiones cometidas son "porque te lo has buscado por ir vestida así/andando por esa zona sola/ir provocando con ese maquillaje/etc." en lugar de cuestionarse que el sistema patriarcal y los modelos de socialización han dado legitimidad a ciertas personas para adueñarse de nuestra vida y nuestra sexualidad. Las mujeres no "buscamos las vueltas" a nadie como insinúa el alcalde de Valladolid, las mujeres nos estamos liberando de este arcaico sistema que se llama machismo y que nos prefiere atadas en corto a libres (y libres es ir vestida o relacionarse cómo y con quién se quiera mientras seas dueña libre de ello), cosa que a muchxs no les gusta ver. Además cada día somos más conscientes de todos los ataques que atentan contra nuestra libertad y también nos defendemos de aquellas agresiones callejeras que se dan en entornos de fiesta/bares/..., no somos "unas exageradas" por combatir estas actuaciones y por mantenernos firmes cuando decimos no, estamos seguras de que es un no (no es quizá luego quiera que vuelvas a insistir y al final cederé). Nosotras hemos vencido este modelo social machista y creemos que podemos ser y relacionarnos de otra manera más libre y respetuosa con todas las personas (independientemente de su género, expresión y orientación sexual). Nosotras hemos abierto la puerta al feminismo en nuestras vidas y relaciones, y ahora no podemos permanecer quietas ante las agresiones diarias que la sociedad ejerce sobre nosotras. Ante este ataque hacia nuestra libertad nosotras gritamos ¡la calle es mía de noche y de día! No permitiremos que se nos culpabilice de las agresiones y de los asesinatos de esta lacra que aun arrastra el Estado español al no poner medios para erradicarla e incluso se sirve para legitimar esta violencia. Por ello, nosotras recurrimos a la autodefensa, a no tener miedo a ir por la calle, a vestirnos y relacionarnos cómo, cuándo, dónde y con quién queramos. Porque somos dueñas de nuestro cuerpo, nuestra vida y nuestra sexualidad y ninguna agresión quedará sin respuesta.
Además, las calles son nuestras, porque es uno de nuestros canales de protesta. En una sociedad en la que prima la represión política y policial, nosotras salimos a la calle. No permanecemos pasivas ante las agresiones machistas y tampoco ante las agresiones por parte del Estado hacia nuestras libertades fundamentales. Hemos cogido también las riendas de la protesta y encabezamos las luchas sociales más importantes de estos momentos, porque somos combativas. Sin libertad política, la libertad sexual no tiene cabida. Aún estamos amarradas a un sistema heteropatriarcal que se alimenta de un régimen capitalista rancio y debilitado que se intenta mantener a flote, de una forma muy decadente, por parte del Estado y sus secuaces. Todo este sistema de engranajes pone en funcionamiento un sistema de represión, miedo, persecución y criminalización, el cual, no estamos dispuestas a tolerar sin levantar el puño para defendernos entre nosotras y a lxs nuestrxs. Por ello, necesitamos la autodefensa dentro de la lucha social, no solo para reivindicar nuestra posición como mujeres diversas dentro de este panorama, sino también para reivindicar y defender nuestros derechos.
Cada día necesitamos el feminismo (en la familia, centros educativos, trabajo, relaciones interpersonales, etc.) para defendernos de los ataques de una sociedad heteropatriarcal y capitalista que nos prefiere sumisas a combativas y empoderadas. Cada día necesitamos esta lucha para combatir los ataques que sufrimos. Cada día somos más, cada día nuestra lucha es más fuerte y no mostramos pasividad ante estos ataques. Cada día y cada noche salimos a nuestra calle a gritar que nos pertenece y que somos mujeres libres.