La nueva
reforma de la ley del aborto supone otra ofensiva más a nuestro derecho a
decidir sobre nuestros cuerpos, nuestra vida reproductiva y nuestra maternidad.
La interrupción
voluntaria del embarazo es un derecho que tenemos las mujeres. DERECHO, NO
OBLIGACIÓN. Quiere
esto decir que las mujeres (no la ley, ni la iglesia, ni el estado, ni ninguna
otra persona) somos las que decidimos si queremos seguir adelante con el
embarazo o no.
En un contexto cada vez más represivo sobre todo en aspectos
laborales y sociales, las mujeres sufrimos las consecuencias de lo que llaman
crisis: despidos baratos, contratos cada vez más precarios, privatización de
servicios públicos con todo lo que afecta a sanidad, educación, servicios
sociales casi nulos, eliminación de las ayudas a la dependencia, etc. Pretenden
que las mujeres, poco a poco, volvamos a quedarnos dentro de casa, cuidando,
como hace 50 años.
Y en esta línea, el ministro de in-justicia, Gallardón, nos
quiere quitar lo poco que hemos logrado con la lucha feminista: poder abortar
en la sanidad pública hasta las 14 semanas.
La
despenalización parcial del aborto en el 85 fue un avance fruto de nuestra
lucha, que aunque insuficiente, desenmascaró la posición política del PSOE
respecto al aborto, lo cual quedó corroborado en la última reforma donde 25
años después lo mantuvieron como delito. Ahora, por las presiones de sectores
ultraconservadores como la jerarquía de la iglesia católica quieren dejarnos
sin nuestro derecho a decidir libremente y seguir considerándolo como un delito
tanto para las mujeres como para los y las profesionales.
El estado nos reprime de mil formas, y una más y muy dura
para nosotras, es negarnos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra
maternidad. Esta sociedad patriarcal entiende que las mujeres somos propiedad
de los varones y que no estamos capacitadas para tomar decisiones, por ello
quiere seguir con la apropiación y el control de nuestro cuerpo y de nuestra
sexualidad. El maltrato institucional nos aboca a la violencia estructural. Sin
respeto a nuestras decisiones no hay futuro en igualdad para las mujeres.
Exigimos que se respete
el derecho de las mujeres, incluidas las menores, a decidir: la interrupción
voluntaria del embarazo es una decisión que debe tomar cada mujer libremente,
sin ningún tipo de coerción.
Exigimos que se
garantice nuestro derecho de acceso a un sistema sanitario público, de calidad,
gratuito y universal, independientemente de nuestro origen o clase social y del
territorio en que residamos.
Exigimos que no se
utilice la objeción de conciencia como argumento para impedir este derecho.
Exigimos que se
establezcan políticas reales y efectivas de planificación familiar, incluidas
en el Sistema Nacional de Salud y protección frente a las enfermedades de
transmisión sexual.
Exigimos
anticonceptivos gratuitos, formación para la juventud y que se fomente la
investigación en anticoncepción.
Exigimos que en el
sistema educativo se incluya la educación en igualdad con materias que aborden
las relaciones afectivas y sexuales.
Exigimos que haya una
formación específica en estas materias para el personal sanitario, educativo y
de servicios sociales.
Exigimos la completa
despenalización del aborto y que se aplique en todos los territorios.
Exigimos la supresión
en su totalidad de los requisitos de tutelaje administrativo (3 días de
reflexión, sobres informativos…), pues son una total coacción que obstaculiza
la libre decisión.
ABORTAR ES UN DERECHO,
NO UNA OBLIGACIÓN
NOSOTRAS PARIMOS,
NOSOTRAS DECIDIMOS
ACCIÓN FEMINISTA,
ADAVASYMT, BLOQUE OBRERO, CNT, CGT, COMUNISTAS DE CASTILLA, FORO FEMINISTA, IZQUIERDA
UNIDA, LIZA, MUJERES CASTELLANAS, TEJIENDO EN MORADO