miércoles, 7 de octubre de 2009
Para jóvenes inconformistas: La Mujer ante el mundo
Dicen los manipuladores de Biblias que la primera noticia histórica que tenemos de la mujer está en el Génesis, se llamaba Eva y sedujo a Adán, el primer hombre del mismo libro. Así que la historia de Eva, la mujer, con respecto al varón tuvo un mal comienzo según ellos: el engaño para conseguir algo deseable contrario a la voluntad de Dios. El varón, de no ser por ella, hubiera vivido tranquilamente en el Paraíso Terrenal aceptando la Voluntad divina. Esto es lo que dicen los enemigos de la mujer, y por cierto, de Dios. A algunos de ellos los iremos conociendo y desenmascarando en este capítulo.
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Claro que nunca existió el famoso Paraíso Terrenal, ni Adán ni Eva, a no ser que queramos dar nombres genéricos a los dos sexos. No, nuestra querida madre Tierra nunca fue un paraíso a no ser para algunas de sus criaturas, y por albergar el agua, vehículo de vida universal; a la madre Natura. Y por supuesto, a la mujer.
Planeta Tierra es una escuela de aprendizaje y para muchos, lugar- a veces terrible, aunque voluntario- de purificación o de expiación para ponerse en orden con las leyes que rigen el Cosmos tras oponerles la voluntad propia en uso del libre albedrío, lo que dio origen a nuestro voluntario alejamiento de los mundos perfectos en los que fuimos creados .Este proceso de rebelión es conocido universalmente como “la Caída”. Y este mundo imperfecto es la prueba de ello.
La rebelión de una parte de nosotros contra Dios provocó un proceso de pérdida de energía espiritual en la mayoría de nosotros- los rebeldes- y la consiguiente involución progresiva hacia la materia en un proceso de un sinnúmero de millones de años que nos llevó a tener necesidad de un cuerpo físico para poder vivir en un Planeta acorde con nuestra vibración. A su vez, este Planeta se convirtió en un refugio preferido por los rebeldes, llegados como astronautas cósmicos, que es lo que propiamente somos: cuerpos de energía (almas) sostenidas por la energía cósmica (Vida o Dios en nosotros)con una envoltura terrestre orgánica, esta última confecha de caducidad a la que llamamos muerte.
La discusión entre creacionistas y evolucionistas no es en realidad una discusión entre si Dios creó al hombre del barro como dicen los fanáticos de las biblias o si debemos dar la razón a los fanáticos darwinistas. Creo que es mucho más lógico pensar que lo que somos: energías pensantes con capacidad de sentir, no puede proceder del mundo material (energía degradada o de baja vibración) cualquiera que sea la explicación con que se intente justificar nuestro ser y estar en el mundo.
Y Eva, la mujer, ha tenido el alto cometido de colaborar a materializar existencias humanas tras haberlas llevado en su propio seno. Esto la debería situar en un lugar privilegiado en nuestro mundo si fuéramos seres civilizados.
Sin embargo el “hijo de Adán” ha tenido que ver con un fenómeno llamado machismo (un rostro sobresaliente del más puro y duro egocentrismo en este caso del varón) muy útil para el propio beneficio personal de cada machista y para el sostén socioeconómico del poder y de las castas sacerdotales. El machismo degrada a la mujer viendo en ella no un ser semejante, de igual valor y complementario que el hombre, sino un ser inferior. Esta ideologíat iene su proceso.
La desigualdad de poder entre individuos y clanes se tradujo en desigualdades sociales y económicas unidas estrechamente al sometimiento de la mujer. Clasismo y machismo son inseparables entre sí y de su origen: el egoísmo de espíritus poco desarrollados, llevado a la vida social y personal por medio de la astucia, la intriga y la violencia, entre otros recursos propios de los espíritus débiles. La violencia y la agresión son señas de identidad, precisamente, de los espíritus débiles, pero quien la practica de un modo sistemático y en manada puede llegar a ser jefe y adquirir prestigio y poder, y a quien lo posee se le suele confundir con un individuo superior a pesar de su debilidad como ser sub-evolucionado.
Quien ostenta el poder encumbra a sus amigos y se crea enemigos a los que deberá someter y mermar sus bienes para mantenerse, o para adquirir más prestigio y poder. Como el pez que se muerde la cola, cuanto más encumbramiento económico y social de un grupo de poder,mayores posibilidades de ejercer dominio sobre otros, hasta ser gobiernos o controlar a los gobiernos, como sucede con el poder de las iglesias, el poder financiero y el poder las empresas multinacionales en la actualidad. Por lo demás todos conocemos la secuencia histórica del origen de las monarquías, de la aristocracia, del alto clero, de los linajes terratenientes patriarcales, de las clases burguesas posteriores y de los clanes políticos, financieros y comerciales modernos que fueron naciendo, mezclándose y extendiéndose hasta desembocar en ese exiguo número de “familias” de potentados, (unas CUATROCIENTAS) que controlan, literalmente hablando, las riquezas del mundo, con los crueles y destructivos resultados que vemos a diario. Estamos en manos de desalmados y criminales.
Los cimientos que sostienen este mundo están fuera del orden divino, pero pretenden ser los cimientos del orden mundial. Más exactamente: del llamado Nuevo Orden Mundial. El mundo al revés.
¿Pero no se nos dice que la mujer se ha liberado?
En la medida que la sociedad se fragmentaba en clases sociales y se asentaba mediante la violencia, la mujer, cuyas tendencias naturales primeras, como madres, es evitar que mueran sus hijos en las permanentes guerras,se convirtió en un estorbo para los dirigentes belicistas. Por lo tanto se le sometió por la fuerza bruta y se le neutralizó con la ayuda de la religión hasta conseguir que gran parte de ellas, a fuerza de reclusión, miedo, ignorancia y castigos fuese reducida a la condición de sierva sumisa y continuadora del machismo que la denigraba. Y esto es parte principal, aunque no toda, del origen del machismo que todavía subsiste en todas las sociedades, en las religiones de oriente y occidente, en muchas personas, y, en la propia estructura social mundial.
Algunos crédulos de Sistema dirán: “Esto parece una exageración. ¿Acaso no existe una incorporación de la mujer al trabajo, viéndose así liberada de su oscuridad social en el hogar, viniendo ahora a tenerlos mismos derechos que el hombre? Aquí y allá en gran parte del ancho mundo, la mujer no tiene derecho a la educación, a tener bienes propios, a reclamar si es repudiada o violada, a llevar el rostro descubierto o simplemente ni siquiera a nacer, pues ¿cuántas niñas son abandonadas, muertas o vendidas como esclavas sexuales, domésticas o laborales todavía hoy? Su número debe ser escalofriante.Por no hablar de la terrible sharia del fanatismo islamista.
Porque tras la falsa idea de la liberación de la mujer, más divulgada en Occidente que en el resto del mundo, están los intereses ocultos de los promotores de la idea: conseguir su triple explotación como ama de casa, como obrera con menor salario, y como cuidadora y educadora de los hijos, si los hay. Y como objto sexual, por supuesto.
Otros objetarán: ¿No existen mujeres actualmente en puestos de responsabilidad empresarial, en la política y entre los mandos militares?
Es cierto, pero eso no es un indicador de cambio social. En primer lugar, su número es poco significativo comparado con el de los varones. En segundo lugar y esto es lo principal,tienenquee starde acuerdo con el Sistema, al que sirven doblemente: como elementos de refuerzo y como escaparate ante la sociedad para hacernos creer que el capitalismo ha superado al machismo y su ideología respeta a la mujer. Que se lo digan a las que son despedidas en cuanto quedan embarazadas y a muchas otras discriminadas de tantos modos como conocemos.
Y si se trata de los grupos políticos conservadores y ultras y de sus religiones correspondientes que tanto alardean de la defensa de la mujer,nunca son ellas quienes toman las decisiones en sus organizaciones (y por supuesto en las familias): se limitan a transmitir las que se les dicen, a ser madres y esposas sumisas : toca obedecer al patriarca correspondiente. Pero no son excepciones: por desgracia es práctica muy habitual en la mayor parte de la humanidad, lo que viene a corroborar el verdadero grado evolutivo del conjunto. ¿O es que no hay quienes tenidos como revolucionarios son machistas en casa?
Con un falso sentido reivindicativo en muchas ocasiones frente a los varones, la mujer, engañada y/o sometida, se ha integrado finalmente en el sistema de opresión machista que las explota en todas partes. Las radicales feministas presentan el tema como una lucha entre sexos, lo que es una tremenda simplificación y un desvío de la cuestión principal. Y ven con buenos ojos la existencia de mujeres en el ejército, por ejemplo. Pero ¿qué decir de estas mujeres militares?... Se le concede el mismo derecho a matar que a los varones, y se les viste del mismo uniforme. ¿Es esto liberación o es acceso a la misma perversión? ¿Son acaso los ejércitos onG, o son mecanismos de opresión y destrucción cuando se les da la orden?... ¿Se libera la mujer soldado cuando se le concede licencia para matar, a ella que es propagadora esencialde vida?¡Qué gran contradicción!¡Hasta donde ha llegado la manipulación ideológica para degradar a la mujer!
¡Igualdad de derechos!, reclaman las que visten uniformes, ¡libertad de la mujer al fin! Y ¿dónde hay menos derechos y menos libertad que entre los que visten uniformes, cualquiera que sea su sexo?
Publicado en Kaos en la Red el 07 de octubre de 2009.