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Día a día comprobamos que las mujeres seguimos estando excluidas; y por la situación de crisis vigente esta discriminación se acentúa cada vez más.
Trabajo precario o menor retribución en el aspecto laboral por el hecho de ser mujer son algunos ejemplos ya conocidos que cada año por estas fechas se recuerdan, se denuncian y que aun así siguen estando ahí.
No hablamos de nada que parezca sacado de una película, con solo mirar hacia nuestro alrededor nos damos cuenta que las mujeres seguimos sufriendo una doble explotación, seguimos estando relegadas a un segundo plano; tanto por ser trabajadoras subyugadas al capital, como por nuestro sexo.
Por ejemplo, el hecho de que las mujeres cobren menos que los hombres por desempeñar el mismo puesto de trabajo y con las mismas cualificaciones, en concreto entre un 20% y un 30% menos. Se estima que las mujeres deben trabajar 418 días para ganar lo mismo que los hombres en 365.
El sistema necesita que la mujer siga con el rol de madre y esposa dedicada a su familia, y aunque ella trabaje fuera de casa, el reparto de las tareas familiares siguen estando a cargo de las mujeres.
Y este es un hecho que paralelamente va asociado a que en el ámbito laboral siguen existiendo sectores masculinizados, a que en la conciencia colectiva se sigue asimilando la idea de que la mujer no es válida para ciertas responsabilidades, e incluso en el ámbito social y familiar se llega a ridiculizar nuestra valía con frases como “una mujer no vale para estar en la obra” o “mujer tenía que ser”.
Es curioso ver como estos datos se repiten, que exista un ministerio de igualdad no asegura que el problema se erradique; es en estos casos en los que nos damos cuenta de que el propio sistema es el que necesita que la represión patriarcal que sufrimos se siga perpetuando.
Ante estas actitudes hipócritas no nos queda otra que salir a la calle, defender contra todo y ante todo nuestros derechos como trabajadoras y como mujeres.
Manifestación 8 de Marzo a las 20:00 en Fuente Dorada.
